INVITACION PARA TODA LA ARQUIDIOCESIS DE SANTIAGO DE CUBA
Peregrinación de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud y el Icono de María por tierras Santiagueras. (Ambas bendecidas por San Juan Pablo II en 1984 y en el 2003 respectivamente).
Por: Equipo PJ Arquidiócesis de Santiago de Cuba
La Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, y el Ícono de María, durante más de veinte años, entre cada JMJ, han peregrinado por cientos de países de todo el mundo. Ahora, por expreso pedido del Papa Francisco, estará durante un mes visitando todas las diócesis de nuestro país como sensibilización para iniciar, especialmente en los jóvenes, un proceso espiritual, misionero y formativo hacia la JMJ de Panamá, enero del 2019, y en sintonía, en agosto del mismo año, la JMJ cubana en Santiago de Cuba.
PROGRAMACIÓN
Lunes 16 de octubre: LA MAYA
- 09:00 am. Llegada la Cruz y el Icono, en camión de la Diócesis de Guantánamo a la Arquidiócesis de Santiago de Cuba. Parroquia de San José, La maya.
- 08:30 am Encuentro en la Parroquia para recibir la Cruz, los Padres, los jóvenes y representantes de la comunidad. Celebración de llegada de los símbolos.
- Durante el día las pastorales de la parroquia y las comunidades son invitadas a realizar celebraciones o momentos de adoración de la cruz.
- 06:30 pm Vigilia con toda la comunidad.
- 09:00 pm: Salida en camión de la Cruz y el icono para el Arzobispado de Santiago.
Martes 17 de octubre: CAPILLA SANTA ANA, Arzobispado, Y CATEDRAL
- 08:00 am. Cruz e icono de la Virgen en la Capilla del Arzobispado. Misa y vigilia. CONCUR.
- 09:30 am Misa y adoración de la cruz. Misiones.
- 11:00 am. Misa y adoración. Familiar y Viudas.
- 03:00 pm. Misa y adoración. Pastorales de la capilla Santa Ana.
- 04:30 pm. Misa y adoración. Comunidad de San Egidio y colaboradores.
- Desde las 08:00am a las 12:00pm habrá un sacerdote disponible para administrar el sacramento de la reconciliación a quien lo desee en la capilla del Arzobispado.
- 05:30 pm Peregrinación a pie de los jóvenes y laicos de las comunidades a la catedral con una cruz e imagen de María rezando el Rosario hasta el Parque Céspedes: (Manteniendo el clima de oración, orden y sobriedad. Se caminará por las calzadas sin causar molestias al tránsito)
- Desde Trinidad: Santo Tomas; San Egidio; San Francisco; Santa Ana.
- Desde Santa Teresita: San Antonio María Claret; JESAF; Sagrada Familia; Sta. Lucia y Catedral
- Desde Xto de la Salud: Salesianos; Xto Rey; San Pedrito y Desamparados; micro 7, Micro 8 y Micro 9.
- 06:30 pm. Misa con adoración de la cruz en la catedral
Miércoles 18 de octubre CATEDRAL; EL COBRE; PALMA SORIANO Y BAIRE
- Durante la mañana del miércoles las pastorales de la Catedral se disponen a adorar la cruz y venerar el icono de la Virgen María durante diferentes momentos en la mañana y en la tarde. Todos los que quieran están invitados a participar.
- 04:00 pm Traslado en camión de la cruz y el icono al Santuario del Cobre, celebración en el Santuario, y luego trasloado a la Pquia. de Nstra. Sra. del Rosario de Palma Soriano.
- 06:00 pm. misa y adoración de la cruz con la comunidad parroquial.
- 08:00 pm Traslado para Baire.
- 09:30 pm acogida y oración con la comunidad la Parroquia de San Bartolomé.
Jueves 19 de octubre
- 08:00am Salida a Jiguaní.
- 08:45am. Entrega de la Cruz y el Icono a la Diócesis de Bayamo.
BREVE HISTORIA DE LOS SIGNOS DE LA JMJ
LA CRUZ DE LA JMJ
La Cruz de madera, hoy conocida como “Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud” se fabricó en 1983 por el comienzo del Año Santo de la Redención (25.03.1983 – 22.04.1984). De madera maciza, sin clavos; una Cruz desnuda, esencial. Durante la celebración de apertura del Año Santo, los jóvenes entraron con dicha Cruz en la Basílica de San Pedro en la que permaneció todo el Jubileo. Se colocó junto al sepulcro de San Pedro y estuvo presente en las celebraciones acompañando a grupos de peregrinos que visitaban el Vaticano. Entre ellos no faltaron los jóvenes: representantes de los movimientos y comunidades que juntos respondieron a la invitación del Santo Padre. Fueron ellos los que habían pedido al papa que se les entregara la Cruz tras la finalización de las celebraciones. El Santo Padre atendió la petición y el Domingo de Resurrección les entregó la Cruz del Jubileo, con las siguientes palabras: “¡Queridos jóvenes! Al final del Año Santo, os confío el signo real de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla al mundo como signo del amor de nuestro Señor Jesucristo para la humanidad, y anunciad a todos que es la muerte y resurrección de Cristo, la salvación y la redención.” San Juan Pablo II, Roma, 22 de abril 1984.
La Cruz y su mensaje de universalidad.
La Cruz de la JMJ y el Icono se han convertido en testigos de diferentes culturas e idiomas, ya que han viajado en muchos países. En torno a ellos, había oraciones en varios idiomas. En varias ocasiones, la Cruz y el Icono se veneraban no sólo por los católicos, sino también protestantes y musulmanes. Así, en un espíritu de apertura, hay que fomentar y promover la participación en la peregrinación de los diversos grupos lingüísticos, dependiendo la realidad del país a nivel étnico y religioso.
La Cruz en los lugares de sufrimiento.
La Cruz ha visitado varios lugares: como las prisiones, los hospitales, centros de acogida para los desfavorecidos. Esto no solo testifica la esperanza y el consuelo que viene de la Cruz, sino también la solicitud de María por la humanidad que sufre.
La Cruz en el camino
La vocación especial de esta Cruz es ser peregrina. Así que, por su naturaleza nos invita a redescubrir la espiritualidad de la peregrinación, para dejar el día a día, y a ir en busca de Dios y en busca de su hermano. Nos Invita a caminar para encontrarnos con la otra persona.
EL ICONO DE LA MARÍA SALUS POPULI ROMANI
“Así que siempre será visible claramente que María es una poderosa Madre que nos lleva a Cristo” San Juan Pablo II, 10 de abril de 2003.
Pertenece a la imagen de la Virgen venerada con mayor devoción en Italia. El apodo “Salvadora del Pueblo Romano” remonta su origen a los acontecimientos de los finales del siglo VI, cuando los habitantes de Roma sufrían por causa de una peste. En el año 590 el Papa Gregorio Magno, mientras llevaba esta imagen de la Virgen, precediendo a una procesión suplicante por la salvación de la ciudad, divisó a un ángel en el cielo que estaba escondiendo la espada de castigo. Al poco tiempo, la peste cesó.
Y el 10 de abril de 2003, en la Plaza de San Pedro, durante el encuentro con los jóvenes de la diócesis de Roma y Lazio, con motivo del Día Mundial de la Juventud XVIII, cuyo tema era “He ahí a tu madre” (Jn 19,27) el Santo Padre expresó su deseo de que el Icono “que se encontraba de guardia en la ‘mañana vigilante de’ Tor Vergata en la inolvidable Jornada mundial de 2000: “ A la juventud se le entrega el Icono de la Virgen junto con la Cruz a los jóvenes de la diócesis de Colonia que, “con la Cruz, a partir de ahora en peregrinación por todo el mundo les sirva para prepararse para el Día de la juventud “…” Así que siempre será visible claramente que María es una poderosa Madre que nos lleva a Cristo“ (San Juan Pablo II, Discurso a los jóvenes de Roma y Lazio el 10 de abril de 2003).
Lugar del Icono de María
Discípula y Madre. Como discípula, María se muestra en los viajes de la Cruz como un modelo a seguir a Cristo. De hecho, el mismo Icono que representa al NiñoJesús bendiciendo y al mismo tiempo muestra su Madre como un ejemplo. Pero el discípulo por excelencia es también la Madre de Dios y Madre de la Iglesia.
Su abrazo tranquilizador es una fuente de consuelo en medio de la humanidad que sufre. El hecho de que Juan Pablo II sabía que el camino de la Cruz no es fácil, en 2003 se decidió que el Icono de María Salus Populi Romani a partir de ese momento habría de acompañar el viaje de la Cruz. Al explicar el sentido de la nueva ley de dedicación a los jóvenes, el Santo Padre dijo: “Sabemos que, en tiempos difíciles, que no faltan en la vida de todos, usted no está solo: como Juan al pie de la Cruz, Jesús también nos da a su Madre para fortalecernos en el camino de nuestra pena y sufrimientos. “(Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Juventud XVIII, 13 de abril, 2003).