Monseñor Mario Mestril, 25 años como pastor
Por: Mercedes Ferrera Angelo
Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 13 de febrero de 2017 / El pasado jueves 9 de febrero la habitual misa de las ocho de la mañana en el Santuario Basílica de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre se tornó diferente. La eucaristía fue concelebrada por los obispos cubanos y algunos sacerdotes presentes quienes, de esa manera se unieron a Mons. Mario Mestril Vega, obispo de Ciego de Ávila en el festejo por sus veinticinco años de episcopado.
La fecha coincidió con la celebración de la Asamblea Plenaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, que esta vez tuvo lugar en el Cobre, de modo que fue la mejor oportunidad de estar todos juntos a los pies de la Virgen.
Mons. Mestril presidió la celebración y de manera muy cercana comenzó explicando a los peregrinos que habían llegado hasta allí aquella mañana y que miraban con cierta sorpresa lo que sucedía, que ellos eran los obispos cubanos y, que al igual que ellos estaban allí para estar junto a la Madre.
Fue una celebración sencilla y sentida, con ese inexplicable encanto espiritual que cautiva a los que llegan hasta ese templo, con razón llamado también Casa de todos los cubanos. Poco antes de terminar, Mons. Mestril recordaba que precisamente allí en el Seminario San Basilio Magno por entonces, en el lugar que hoy ocupa la Casa de Retiros y Convivencias, comenzó sus estudios eclesiásticos, siendo casi un niño, hace poco más de sesenta años.
Mañana de sol brillante, de alegría y de Acción de gracias compartida fue también como el primer momento de una celebración que continuaría el sábado 11, en Ciego de Ávila, cuando la Iglesia diocesana junto a su pastor festejarían estos veinticinco años de caminos andados en esta porción de nuestra amada isla.