El Año de San Antonio María Claret en nuestra Arquidiócesis va finalizando. Los días que restan hasta el próximo 16 de Febrero, serán una apretada y sencilla crónica de los últimos días de Claret en Cuba.
LOS ULTIMOS DIAS DE CLARET EN CUBA
Mes de Marzo 1857
Día 1. Continúa la Visita Pastoral y la Misión en Baracoa.
Día 5. Hoy se celebra la comunión general. Durante toda la Misión se reparten tres mil comuniones.
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AUTOBIOGRAFIA DE SAN ANTONIO MARIA CLARET
Capítulo X
Breve biografía de los sacerdotes colaboradores (Continuación)
600. El Pbro. D. Antonio Barjau: Natural de Manresa, diócesis de Vich; empezó las misiones con D. Lorenzo San Martí, y, como tiene una gracia singular para instruir y educar niños, le puse en el Seminario de Rector, y desempeñó muy bien su encargo. Allí estuvo hasta que fue allá mi sucesor; entonces se vino y le puse por Rector del Colegio del Real Monasterio del Escorial. Es un sacerdote muy desprendido de todo lo terreno y muy celoso de la gloria de Dios y salvación de las almas. (more…)
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Capítulo IX
De cómo fui llamado para pasar a Madrid
585. A los que iban a prender a Jesús en el huerto les dijo: Haec est hora vestra et potestas tenebrarum.89
Lo propio debía decir yo: que aquella era la hora en que Dios daba permiso a los malos y a los demonios para que me hiriesen; pues que, cuando el asesino me hirió, yo vi al mismo demonio cómo le ayudaba y daba fuerza para descargar el golpe, y se me ocurrió la idea sobre aquellas palabras que dicen los Cánones: Si quis suadente diabolo… Pensé: este infeliz hombre, cooperante diabolo, cooperando el diablo, pone sus manos violentas sobre tu miserable persona, que, si bien es verdad que eres un pobre pecador, un indigno sacerdote, con todo, eres sacerdote, eres un Prelado de la Iglesia, eres un ministro de Jesucristo. ¡Padre mío!, perdonadle, que no sabe lo que hace. (more…)
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Capítulo VIII
De cómo fui herido y de lo que ocurrió en la curación
573. Me hallaba en Puerto Príncipe pasando la cuarta visita pastoral a los cinco años de la llegada en aquella Isla. Visitadas las parroquias de aquella ciudad, me dirigí a Gibara, pasando por Nuevitas, que también de paso visité, y de Gibara, puerto de mar, dirigí la marcha a la Ciudad de Holguín. Había algunos días que me hallaba muy fervoroso y deseoso de morir por Jesucristo; no sabía ni atinaba a hablar sino del divino amor con los familiares y con los de afuera que me venían a ver; tenía hambre y sed de padecer trabajos y de derramar la sangre por Jesús y María; aun en el púlpito decía que deseaba sellar con la sangre de mis venas las verdades que predicaba. (more…)
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Capítulo VII
De varias disposiciones que dimos para el bien de la diócesis
550. Si bien es verdad que los dos años primeros se visitó y misionó en todas las parroquias, pero siempre se continuó misionando y visitando. Como manda el sagrado Concilio de Trento que cada año o cada dos años se ha de hacer la visita, yo en seis años y dos meses hice cuatro veces la visita en cada parroquia. (more…)
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Capítulo VI
Del viaje a Baracoa, Mayarí y a Santiago y resultado de la primera visita
538. Durante los dos primeros años, no obstante los temblores y el cólera morbo, visitamos todas las
parroquias del Arzobispado; en todas se hizo misión por mí mismo o por mis compañeros, y en las parroquias rurales, que tienen tanta extensión, se hicieron muchas. En cada dos o tres leguas se hacía una Misión en alguna casa de tabaco, que consiste en un grande cobertizo; allí se hacía un altar, un púlpito, y con sillas se armaban confesonarios con rejillas que llevábamos al efecto. (more…)
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Capítulo IV
De los temblores de Santiago de Cuba
529. Horrorosos fueron los estragos que causaron en Cuba los temblores; las gentes se espantaron, y el Señor Provisor me llamó diciendo que fuera a Santiago, que convenía; dejé la Misión de Bayamo y fui a Santiago, y quede espantado al ver tantas ruinas; apenas se podía pasar por las calles de tantos escombros. La catedral estaba completamente descompuesta, y para que se forme una idea de los vaivenes que sufriría aquel grande templo, sólo diré que en cada esquina del frontis de la Catedral hay dos torres iguales; en la una está el reloj y en la otra las campanas; las torres son de cuatro esquinas, y a lo último de cada esquina hay una maceta por ornato, y una de estas macetas en los sacudimientos se desprendió y entró por una de las ventanas de las campanas. Calcúlese ahora qué curva había de describir aquella maceta para poder meterse dentro de la ventana. El Palacio quedó arruinado; lo mismo digo de las demás iglesias, más o menos; de modo que en las plazas se formaron capillas, y en ellas se celebraba la santa Misa y se administraban los Santos Sacramentos y se predicaba. Todas las casas se resintieron más o menos. (more…)
AÑO 1853
Día 25. Estando Claret de misión en Palma Soriano, se va voluntariamente el cocinero de palacio, librándose así Curríus de tener que despedirle por su mala conducta (pas I, 228). El cocinero dice a Claret que huye de Santiago porque tiene pánico a los terremotos (I, 748).
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Capítulo III
De las Misiones de Puerto Príncipe, Manzanillo, San Fructuoso y Bayamo
525. Al llegar a Puerto Príncipe, la primera cosa que hice fue dar ejercicios al Clero. A fin de no quedar las parroquias desprovistas, los hice en dos tandas; alquilé una casa grande, y en la misma casa en que vivía reuní de una vez veinte, y de otra diecinueve; y conmigo comían y vivían en la misma casa día y noche, y tenían el tiempo distribuido en lecturas, meditaciones, rezo del oficio divino y pláticas, que yo dirigía. Todos hicieron su confesión general, escribieron su plan de vida y todo se arregló. (more…)
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Capítulo II
De las persecuciones del Cobre y de lo acaecido en Puerto Príncipe
518. En la ciudad del Cobre fue en donde empezaron los disgustos y las persecuciones. A la verdad, el demonio no podía mirar con indiferencia la multitud de almas que cada día se convertían al Señor. Y, además, Dios debía permitir alguna tribulación a la grande satisfacción que habíamos de sentir a la vista de la marcha que tenían todas las cosas. El disgusto empezó de esta manera: hallándome yo en aquella población, todavía faltaban algunos que se querían casar por no haberlo podido conseguir aún; yo, para el mayor acierto, llamé al Comandante de la Población y le dije: V. que conoce la gente mejor que nadie, me dirá si los sujetos contenidos en esta lista, que viven mal, pueden hacer matrimonio feliz o no, o bien hay entre ellos algún impedimento de raza, pues yo quiero acertar, y no quiero hacer cosa alguna que con el tiempo acarreará algún disgusto. (more…)