TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA
DIA 20 DE SEPTIEMBRE 2021
“CON LA AYUDA DEL SEÑOR CUIDE DE LOS POBRES”
OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES Y NECESITADOS
Resulta muy fácil entender a Claret pues desde su OPCION RADICAL POR LA POBREZA alimenta y practica su OPCION PREFERENCIAL POR
LOS POBRES Y NECESITADOS.
Y ¿Cómo VIVIO CLARET EN CUBA ESTA OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES?
Escribiendo confidencialmente a su amigo don José Caixal, le decía: “En Cuba hay muchísimos pobres y muchos de ellos no se contentan con un real vellón, que es la moneda más baja, ni con una peseta; sino que han de ser pesos, y los saben pedir a centenares”.
Algo parecido escribía más tarde a don Fortián Bres: “Hay muchísimos pobres, cada semana necesito muchísimos duros para las limosnas ordinarias; pues que la limosna más pequeña que se puede dar a un pobre es un medio que llaman, que aquí (quiere decir ahí) vosotros llamáis un vinti vuit (veintiocho), pero esto es nada; de modo que hay pobres que, al darles una peseta, dicen que no la quieren; éstos de los que vienen a la puerta. Los de limosnas extraordinarias saben pedir los duros a centenares”.
Pero ¿Quiénes eran los pobres en Cuba en tiempos de Claret? El mismo nos da la respuesta en carta a sus fieles diocesanos escrita desde El Cobre con fecha 21 de Junio de 1851: “Debiendo entenderse por pobres, aquellos que no tienen rentas, ni finca alguna que les produzca modo de vivir, o que si les produce, por razón de deudas o enfermedades, lleven una vida infeliz; los que manteniéndose de su trabajo, se hallan sin éste por algunos días, o es tan poco lo que ganan que apenas llegue a medio peso diario; y los que no tienen rentas, ni oficio, padres ni personas que se interesen por ellos”.
“Con la ayuda del Señor cuidé de los pobres. Todos los lunes del año, durante el tiempo de mi permanencia en aquella Isla, reunía a todos los pobres de la población en que me hallaba, y, como a veces son más pobres de alma que de cuerpo, les daba a cada uno una peseta, pero antes yo mismo les enseñaba la doctrina cristiana. Siempre, y después de enseñado el Catecismo, les hacía una plática y les exhortaba a recibir los santos sacramentos de la penitencia y comunión y muchísimos se confesaban conmigo, porque conocían el grande amor que les tenía, y a la verdad, el Señor me ha dado un amor entrañable a los pobres” (Aut. 562)
Como Arzobispo de Santiago de Cuba, Claret tiene conciencia de su deber para con los pobres y necesitados lo que le obliga a “procurar los bienes materiales y corporales que pueda a sus feligreses de la manera siguiente:
1°. Visitar y socorrer a los pobres, enfermos y encarcelados.
2°. Asistir aunque estén sanos, a los pobres, huérfanos, viudas y ancianos.
3°. Procurar que los huérfanos y abandonados tomen arte, oficio, estado pensando que el Prelado es Padre de los pobres.
4°. Hospedar con gusto a los peregrinos, mayormente si son clérigos o religiosos, pensando… que reciben a Jesucristo.
LA GRANJA – ESCUELA, CASA DE BENEFICENCIA O CASA DE CARIDAD EN PUERTO PRINCIPE
Desde esta permanente preocupación por atender a los pobres Claret pone en marcha algunas iniciativas: La Granja – Escuela, las Cajas de Ahorro en las parroquias…
Claret mismo, de manera resumida, nos lo cuenta:
”Para los pobres compré una hacienda en la Ciudad de Puerto Príncipe. Cuando salí de la Isla llevaba gastados de mis ahorros veinticinco mil duros. El presbítero D. Paladio Currius dirigía la obra en la construcción de la casa, a quien el Señor le había dotado de especial inteligencia para esto; él comía y dormía en la misma hacienda con los trabajadores a fin de vigilarlos y dirigirlos” (Aut. 563)
“El Plan de esta obra era recoger a los Niños y Niñas pobres, que muchos de ellos se pierden por las calles pidiendo limosna. Y allí se les había de mantener de comida y vestido y se les había de enseñar la Religión, leer, escribir, etc., y después arte u oficio, el que quisiesen; y una hora no más cada día, los niños habían de trabajar en la hacienda, y con esto ya se les podía mantener con las viandas que producía la misma hacienda; y todo lo demás que ganasen se había de echar en la caja de ahorros. Por manera que cuando saliesen de dicha casa habían de tener instrucción y además habían de haber aprendido algún arte u oficio, y se les había de entregar lo que ellos hubiesen ganado” (Aut. 564)
“La casa estaba distribuida en dos grandes secciones, una para los niños y otra para las niñas; la Iglesia en medio, y en las funciones religiosas el lugar de los niños era el centro de la Iglesia, y el de las niñas, las tribunas de la parte de su sección, por manera que estarían completamente incomunicados. La casa tenía dos pisos; en el primero habían de estar los talleres y en el segundo los dormitorios, etc.” (Aut. 565)