Irradia

Irradia

Transmitido por RCJ y CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Vigésimo Séptimo domingo del Tiempo Ordinario

Señor, auméntanos la fe” Lucas 17, 5

 (Música, Si tuvieran fe, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.

Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.

Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.

Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Si tuvieran fe, Javier Brú)

Nuestro invitado nos ayudará a reflexionar sobre el evangelio de hoy. 

Buenos días. Es un placer para mi poder estar con ustedes en esta mañana, y compartir la reflexión de la Palabra de Dios de este domingo XXVII del Tiempo Ordinario. Mi nombre es Gustavo Alejandro Cunill Álvarez, soy sacerdote y responsable de las comunidades de Nuestra Señora de la Caridad en Cuabitas y el poblado del Cristo.

El evangelio que vamos a reflexionar hoy es del evangelista san Lucas, capítulo 17, versículos del 5 al 10.

(Lectura del evangelio de San Lucas, capítulo 17, 5-10)

Auméntanos Señor la fe… pero ¿qué es la fe? Cuando decimos yo tengo fe, se piensa inmediatamente en una serie de verdades que creer, en un complejo de doctrinas que aprender. En una ocasión estando conversando con una señora, ella me pedía que su nieta quería hacer la Primera Comunión, ella me decía, padre mi nieta se sabe todas las cosas. Yo le dije, no, no es saber las cosas. Fe no es simplemente aprenderse verdades doctrinales, se debería pensar cuando se dice fe inmediatamente en una persona, en Cristo.

Creyente es esencialmente una persona, uno que se ata, se adhiere totalmente a otro, uno que se fía de otro. Se trata de una realidad dinámica. Se establece un lazo de unión con Dios. No solamente para colocarse en un sitio seguro, para estar protegidos, sino para dejarse guiar, dejarse llevar por Él. Nos confiamos a alguien en vista de un camino, nos confiamos a Cristo para seguirlo. Se cree entonces para caminar con, y en este caso para caminar con Cristo.

No se trata de aumentar la fe en sentido cuantitativo, se trata de tener una fe auténtica. Cuando se tiene, hasta una medida insignificante es suficiente, y no solamente para hacer mover las plantas, se llega incluso a que caminemos nosotros que es mucho decir.

Una vez visitando los enfermos por Veguita de Galo junto a mi querida catequista Cuca Aradas, visitamos a una señora que cuando llegamos le íbamos a administrar el sacramento de la unción de los enfermos y me di cuenta que era una señora que se arrastraba por el piso ayudada por una carriola, al recibirme con la alegría de cristiana, me caí por el piso, al ver la gran fe de esta mujer que me decía, sí padre así yo limpio mi casa. Y efecto, la casa limpia, hermosa. Era una mujer que no sabía muchas cosas, pero tenía una fe suficiente para mover montañas, para mover su vida, una fe en Jesucristo.

A veces pienso que la desgracia es que llamemos fe a lo que es todo menos fe, la desgracia es que creemos y pensamos que creemos, que tenemos fe. La desgracia es que para muchos la fe es considerada un capital que tenemos que guardar, un bien que hay que administrar sin muchas complicaciones, sin meternos en nada, sin implicar en nada la vida. Y el evangelio de hoy nos dice todo lo contrario.

La fe simplemente nos permite caminar en la unidad, agredidos por los elementos hostiles de siempre, de los problemas de siempre, de las dificultades de siempre, en medio de los aprietos y problemas de cada día, comunes para todos nosotros hermanos en estos días. Pero con la única seguridad de una presencia, de una mano que no nos aprieta, no para sacarnos de la intemperie, sino después que hemos superado la tempestad, como pasó a Pedro que tuvo a punto de sumergirse. Esa mano que da seguridad, que se nos tiende, la mano de Jesús.

La fe no nos dispensa de la dura tarea de hombres, no es una escapatoria de las responsabilidades de la vida, no nos facilita el camino; simplemente le da sentido. Así, cuando hayamos hecho todo lo que teníamos que hacer, porque eso es la fe, digámosle al Señor, no somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer.

Hoy vemos un mundo donde parece que las oscuridades y las tinieblas nos cubren, vemos a una Cuba que quizás lejos de Dios camina en oscuridad, pero hoy me he levantado con una fe grande. Hoy el Señor nos dice, ven a trabajar en mi viña. Vamos a trabajar para construir una comunidad, una familia, una nación desde Dios. Es tiempo no para lamentarnos, no para encerrarnos, sino es tiempo para trabajar, para permitir que muchos hermanos se encuentren con Cristo y en Cristo encuentren la salvación y el sentido para su vida.

Alabado sea Jesucristo, sea por siempre alabado.

(Música, Si estás perdiendo la fe, Alfareros) 

Queridos hermanos con gran confianza en nuestro Padre, que siempre nos escucha y nos responde, le concediéndonos todo lo que necesitamos para poder llegar a su Reino, presentémosle todas nuestras súplicas. A cada una de las peticiones responderemos orando, Señor auméntanos la fe.

Padre Santo, porque quereos encontrar siempre en tu iglesia el verdadero depósito de la fe que es Cristo, te pedimos. Señor auméntanos la fe. 

Padre Bueno, para que nuestra iglesia diocesana irradiando la alegría de la fe en el único Redentor, de siempre razón de la esperanza que la anima y testimonio del amor, que en tu Hijo nos ha renovado íntimamente, te pedimos. Señor auméntanos la fe.

Señor de la historia, porque queremos que para cada uno de los que habitamos esta tierra, tu hijo vuelva a ser el fundamento de nuestra vida y de nuestra moral, te pedimos. Señor auméntanos la fe.

Señor de todo consuelo, para que todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, encuentren en tu hijo la fortaleza y la esperanza que le sostenga en su situación, te pedimos. Señor auméntanos la fe.

Dios misericordioso, por todos los miembros de nuestra comunidad para que vivamos permanentemente alimentados de la Palabra de Dios y así podamos crecer en nuestra fe, te pedimos. Señor auméntanos la fe.

Para que el testimonio de tantos hermanos nuestros, ya ahora difuntos, permanezca en nosotros y sea estímulo para ser auténticos cristianos en el hoy que nos ha tocado vivir, te pedimos. Señor auméntanos la fe.

Ahora juntos como hermanos terminemos nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo

santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

Como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación,

Y líbranos del mal.

Amén

(Música, No temeré, Kiki Troia)

Oremos.

Dios todopoderoso y eterno, que en la abundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes, sobre sus familias y trabajos y permanezca para siempre. Amén. 

Muchas gracias reiteradas por este momento que hemos podido compartir con la Palabra de Dios. Que esa bendición que ha llegado a ustedes de parte de Dios, ustedes multiplíquenla y sean también bendición para sus familias, para sus vecinos, para todos aquellos con quienes ustedes se encuentren en este día y durante esta semana.

Fue un placer compartir con ustedes. Soy Gustavo Cunill Álvarez, sacerdote responsable de las comunidades de Nuestra Señora de la Caridad en Cuabitas y el poblado del Cristo. Paasen buenos día, y que el Señor los bendiga y acompañe siempre. Amén.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Guión, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.

Dirección general, María Caridad López Campistrous.

Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung

Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo

Irradia…

(Música, Si tuvieras fe, DR)

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