Eucaristía Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario
Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
14 de agosto de 2022
“He venido a traer fuego a la tierra y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo” Lucas 12, 49
Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba.
“Hermanos, como siempre esta misa la ofrecemos por todas las intenciones de los peregrinos, de todo nuestro pueblo. Quisiera pedir de manera especial por aquellos que han fallecido, los desaparecidos,
los heridos en la tragedia de la base de supertanqueros en Matanzas. Vamos a pedir también por todos los que trabajaron para hacer que los daños disminuyeran, y que arriesgaron su vida y dieron su vida también para apagar el incendio. Por todo nuestro que miró con angustia esa situación, pidamos al Señor para que a los difuntos les tenga en su Gloria, los desaparecidos tengamos una respuesta sobre ellos, también sus familias, pidamos por sus familias que están viviendo momentos muy difíciles.
También pidamos para que el Señor ilumine a todos aquellos que trabajaron para tomar las decisiones y aplacar el incendio, para que algún día se pueda reconstruir dicha base de tanqueros.
Para que nosotros podamos crecer también con una Patria próspera, en que los que lleven el destino de la nación miren siempre lo mejor para el pueblo en cada circunstancia, en cada momento. Pidamos también para que estas situaciones de angustia, también de confusión, de incertidumbre, de escaseces que vive nuestro pueblo pasen, para que sepamos encontrar soluciones satisfactorias para todos.
Para que todos pongamos de nuestra mano, para poder hacer una Cuba mejor, para que se cuente con el concurso de todos a la hora de dar soluciones y buscar un futuro mejor para nuestra Patria. Que sea esa nuestra intención.
Hoy también 14 de agosto, celebramos la memoria de San Maximiliano Kolbe, ese sacerdote polaco que murió en un campo de concentración, preso, que entregó su vida para salvar la de otro. Por eso recordemos a todos nuestros amigos, familiares, a todos los presos para que siempre sean tratados con dignidad, para que siempre encuentren el momento de la conversión; para que también algún día se puedan reintegrar a la vida plena de la sociedad.”
Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.