TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA
LA PRIMERA CARTA A LOS PARROCOS DE LA ARQUIDIOCESIS I. 172 y 179
El día 8 de Mayo de 1851 escribe su primera carta a los “Venerables Curas Párrocos de nuestra Diócesis”. Con sus deseos de “salud y paz en Nuestro Señor Jesucristo” les comparte cuál es el fin de su venida a Cuba y cómo ya ha empezado en Santiago la Visita Pastoral, a la vez les comunica su deseo de continuar dicha acción pastoral propia del Obispo en todas y cada una de las Parroquias de su extensa Arquidiócesis. Espera de todos ellos la máxima colaboración de todos, les previene su conducta con los amancebados, los ladrones y los enemigos. Prescribe también la uniformidad en la enseñanza del Catecismo y su lectura en el momento del ofertorio de la Misa.
Unos días después, el 27 de ese mismo mes de Mayo, les promete remediar la triste y penosa situación económica en que se encuentran, enviando una exposición al supremo gobierno de su Majestad la Reina Isabel II. También les anuncia que quiere apoyar su mejor formación sacerdotal y que para ello les convocará a todos por turno para, durante un mes, dedicar tiempo abundante para recibir conferencias de Liturgia y Teología moral en el Seminario de San Basilio. Para poder realizar esta iniciativa les promete enviarles un sustituto y, de este modo, en un año poder todos los párrocos de este beneficio.