TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

CONSEJOS DE CLARET SOBRE LA LECTURA DE LA BIBLIA
A TODOS LOS FIELES: HOMBRES Y MUJERES

«Lo que hemos de pedir y solicitar continuamente es el pan de alma, lo que se llama panis vitae et intellectus, es decir, la eucaristía y la Biblia, o la divina Palabra… A más del pan de vida que es la eucaristía, objeto y vida del amor, necesita el hombre el pan del entendimiento, que es la verdad, la que de un modo particular hallaremos en la Biblia… la divina Palabra que el pan del entendimiento…» (Pastoral sobre la Inmaculada [Santiago de Cuba 1855]: en Escritos Espirituales, ed. cit., pp. 477-479).

«Una persona muy perseguida y calumniada se ocupaba en la lectura de las santas escrituras y de los Santos Padres, y de dicha lectura sacaba tanto consuelo que, en medio de las más negras y atroces calumnias, se tenía por muy feliz…”.

«Para sufrir bien las penas y calumnias se ha de mirar a Jesús y se han de recordar las palabras del mismo Jesús contenidas en el santo Evangelio (218)» (El consuelo de un alma calumniada [Barcelona 1864]: en Escritos Espirituales, ed. cit., pp. 204-218).

«Cada miembro leerá cada día, o por lo menos semanalmente, un capítulo del Evangelio según San Mateo, traducido y anotado por el Excmo. Sr. Arzobispo de Cuba» (Monasterio de el Escorial. Plan de estudios para los Seminarios: in Miscelánea…, pp. 28 y 39). En otro lugar anota la metodología para revisar la vida de los socios: «Una vez al mes se reunirán, según el artículo 31 de reglamento… cada uno dará cuenta de sí mismo, y dirá si ha leído el capítulo del evangelio…» (Memoria de la Academia de San Miguel [Madrid 1862] p. 21).

«La lectura más piadosa que podemos tener es la del santo Evangelio. Cabalmente, por reglamento, hemos de leer un capítulo cada día. Lo hemos de meditar y conformar nuestra conducta con la regla de moralidad que en él nos da Jesucristo; allí está la verdad limpia de todo error» (Carta ascética, II [Barcelona 1862]: en Escritos Espirituales, ed. cit., pp. 140s.).

«Además de los libros indicados [Catecismo, Historia Sagrada], bueno será que las niñas lean los Libros Sagrados, como exhortan los Santos Padres S. Juan Crisóstomo, S. Agustín y otros santos. San Jerónimo dice: “En llegando la niña a los siete años aprenda los Salmos, y hasta la edad de la pubertad haga que sean el tesoro de su corazón los libros de Salomón, los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, y las cartas de los mismos Apóstoles”. También leerán la historia de José, de Tobías y de Noemí, los Cánticos de Moisés, de Débora y de María Santísima» (La colegiala instruida [Barcelona 1863] pp. 336-338ss.). Nota: Este texto se encuentra también en Lectura de las Sagradas Escrituras: notas tomadas de los Santos Padres para su uso en la predicación y en los escritos (Mss. Claret, X, 713-716).

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