MES DE LA BIBLIA

MES DE LA BIBLIA

LECTURA PERSONAL DEL EVANGELIO DE SAN MATEO
ALGUNAS ORIENTACIONES

Busca el mejor momento del día y el mejor lugar de la casa para leer atentamente un capítulo de este Evangelio.
Hago silencio, exterior e interior. Contemplo al Señor que me quiere, me acoge, me escucha, me habla…

¡!!ESPECIAL ATENCION!!!

En cada capítulo del Evangelio, pongo especial atención y me fijo en:
1. LO QUE DICE JESUS: sus palabras, sus expresiones, su MENSAJE.
2. LO QUE HACE JESUS: sus gestos, sus miradas, sus modos de actuar y comportarse con la gente…, sus sentimientos…
3. LO QUE ME DICE A MI HOY ESTA CAPITULO DEL EVANGELIO: Mensaje para mi vida, para mi situación personal, familiar, laboral, social, económica, en la comunidad…

Y UN PEQUEÑO COMPROMISO para la vida después de la lectura de cada Capítulo del Evangelio de San Mateo.
Y doy gracias al Señor por haber recibido el mensaje de su Palabra.

Evangelio según Mateo
Capítulo 26

Complot para prender y matar a Jesús

1 Cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a Sus discípulos: 2«Ustedes saben que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado».
3 Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, 4y con engaño, tramaron entre ellos prender y matar a Jesús. 5Pero decían: «No durante la fiesta, para que no haya un tumulto en el pueblo».

Jesús ungido en Betania

6 Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7se acercó a Él una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre Su cabeza cuando estaba sentado a la mesa. 8Pero al ver esto, los discípulos se indignaron, y decían: «¿Para qué este desperdicio? 9Porque este perfume podía haberse vendido a gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres».
10 Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestan a la mujer? Pues buena es la obra que me ha hecho. 11Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a Mí no siempre me tendrán. 12Pues al derramar ella este perfume sobre Mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. 13En verdad les digo, que dondequiera que este evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que esta ha hecho, en memoria de ella».

Traición de Judas

14 Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, 15y les dijo: «¿Qué están dispuestos a darme para que yo les entregue a Jesús?». Y ellos le pesaron treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos). 16Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregar a Jesús.

Preparación de la Pascua

17 El primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: «¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la Pascua?». 18Y Él respondió: «Vayan a la ciudad, a cierto hombre, y díganle: “El Maestro dice: ‘Mi tiempo está cerca; quiero celebrar la Pascua en tu casa con Mis discípulos’ ” ». 19Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Jesús identifica al traidor

20 Al atardecer, estaba Jesús sentado a la mesa con los doce discípulos. 21Y mientras comían, dijo: «En verdad les digo que uno de ustedes me entregará». 22Ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decir uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?». 23Él respondió: «El que metió la mano al mismo tiempo que Yo en el plato, ese me entregará. 24El Hijo del Hombre se va, según está escrito de Él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido». 25Judas, el que lo iba a entregar, dijo: «¿Acaso soy yo, Rabí?». «Tú lo has dicho», le contestó Jesús.
Institución de la Cena del Señor
26 Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: «Tomen, coman; esto es Mi cuerpo». 27Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: «Beban todos de ella; 28porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. 29 Les digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre».
30 Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.
Jesús predice la negación de Pedro
31 Entonces Jesús les dijo*: «Esta noche todos ustedes se apartarán por causa de Mí, pues escrito está: “Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersarán”. 32Pero después de que Yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea». 33Pedro le respondió: «Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré». 34Jesús le dijo: «En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces». 35Pedro le dijo*: «Aunque tenga que morir junto a Ti, jamás te negaré». Todos los discípulos dijeron también lo mismo.

Jesús en Getsemaní

36 Entonces Jesús llegó* con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a Sus discípulos: «Siéntense aquí mientras Yo voy allá y oro». 37Y tomando con Él a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. 38Entonces les dijo*: «Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quédense aquí y velen junto a Mí».
39 Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: «Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras». 40 Entonces vino* Jesús a los discípulos y los halló* durmiendo, y dijo* a Pedro: «¿Conque no pudieron velar una hora junto a Mí? 41Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».
42 Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: «Padre Mío, si esta copa no puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad». 43Vino otra vez Jesús y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño. 44Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, y dijo otra vez las mismas palabras. 45Entonces vino* a los discípulos y les dijo*: «¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46¡Levántense! ¡Vamos! Miren, está cerca el que me entrega».

Arresto de Jesús

47 Mientras Jesús estaba todavía hablando, Judas, uno de los doce, llegó acompañado de una gran multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48El que lo entregaba les había dado una señal, diciendo: «Al que yo bese, Él es; lo pueden prender». 49Enseguida se acercó a Jesús y dijo: «¡Salve, Rabí!». Y lo besó. 50«Amigo, haz lo que viniste a hacer», le dijo Jesús. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y lo arrestaron.
51 Y uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja. 52Entonces Jesús le dijo*: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán. 53¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y Él pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles? 54Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que así debe suceder?».
55 En aquel momento Jesús dijo a la muchedumbre: «¿Cómo contra un ladrón han salido con espadas y palos para asegurarse que me arrestaban? Cada día me sentaba en el templo para enseñar, y no me prendieron. 56Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas». Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Jesús ante el Concilio

57 Los que prendieron a Jesús lo llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58Pedro fue siguiendo de lejos a Jesús hasta el patio del sumo sacerdote, y entrando, se sentó con los guardias para ver el fin de todo aquello.
59 Y los principales sacerdotes y todo el Concilio procuraban obtener falso testimonio contra Él, con el fin de dar muerte a Jesús, 60y no lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos, 61que dijeron: «Este declaró: “Yo puedo destruir el templo de Dios y en tres días reedificarlo” ».
62 Entonces el sumo sacerdote, levantándose, le dijo: «¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra Ti?». 63Pero Jesús se quedó callado. Y el sumo sacerdote le dijo: «Te ordeno por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios». 64 Jesús le contestó*: «Tú mismo lo has dicho; sin embargo, a ustedes les digo que desde ahora verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo sobre las nubes del cielo».
65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Ahora mismo ustedes han oído la blasfemia. 66 ¿Qué les parece?». «¡Él es digno de muerte!», le contestaron. 67Entonces le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos; y otros lo abofeteaban, 68y le decían: «Adivina, Cristo, ¿quién es el que te ha golpeado?».

La negación de Pedro

69 Pedro estaba sentado afuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: «Tú también estabas con Jesús el galileo». 70Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: «No sé de qué hablas».
71 Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo* a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazareno». 72Y otra vez él lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!».

73 Un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre». 74Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: «¡Yo no conozco al hombre!». Y al instante un gallo cantó. 75 Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: «Antes que el gallo cante, me negarás tres veces». Y saliendo afuera, lloró amargamente.

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