Por: Mercedes Ferrera

En la mañana de hoy 16 de octubre, en comunión con toda la Iglesia, la Arquidiócesis de Santiago de Cuba dejó abierto el tiempo para el trabajo preparatorio del Sínodo de los Obispos convocado por el Papa Francisco, cuya celebración conclusiva será en octubre de 2023.

La Eucaristía, celebrada en la Catedral santiaguera fue presidida por nuestro Arzobispo Mons. Dionisio García Ibáñez, quien estuvo acompañado por el clero de la diócesis. Dada la situación que se vive, aun con restricciones por la pandemia, la participación en la celebración fue limitada.

En la homilía, Mons. Dionisio explicó de forma muy sencilla lo que significa para la Iglesia la celebración de un Sínodo y de cómo el sentido de este es fundamentalmente reflexionar sobre el caminar juntos como iglesia siguiendo el camino de la comunión, la participación y la misión, todo eso expresado en la palabra “Sinodalidad”.

Nuestra arquidiócesis asumió, desde el pasado año, el tema del Bautismo en el centro de nuestro plan pastoral. Es un tema que nos invita a una mirada desde el centro mismo de nuestro ser como cristianos. En este camino que comenzamos a andar ahora debe estar ese bautismo que es como el primer paso para vivir la comunión, la participación y la misión.

Este encuentro de hoy se vivió con una mezcla de alegría, por encontrarnos después de tantos meses, pero también de nostalgia al recordar a los que han partido durante este tiempo. De manera especial, se hizo memoria del Diácono José Vicente Valls y el joven Enmanuel Sánchez Duany, de la parroquia de Santa Lucía, y miembro del grupo de acólitos de la diócesis, ambos fallecidos en este año.

Antes de terminar Mons. Dionisio dedicó unos minutos para despedir al P. Otto Anderco, quien ha estado con nosotros durante los últimos 5 años apoyando el trabajo pastoral y como párroco de San Antonio Ma. Claret y también dar la bienvenida a varios sacerdotes y una religiosa que recién han comenzado su trabajo entre nosotros.

¡Gracias Señor por esa bendición!