“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura…”, el envío que hace Jesús de los discípulos sigue teniendo vigencia y actualidad, mucho más hoy, cuando vivimos en un mundo tan pluralizado y lleno de propuestas, con frecuencia contrastantes, que han propiciado, incluso, el que muchos cristianos abandonen la práctica explícita de la fe o se conformen con vivirla según sus modos personales, lejos de la comunidad eclesial. No habla el Señor a los apóstoles acerca de conversiones en masa ni aceptación automática del mensaje evangélico, sino de regar (como en la parábola) la semilla de la Palabra; el crecimiento y el fruto corresponden a Dios, como afirma San Pablo en Primera de Corintios.

Nos han tocado tiempos muy difíciles y complicados, nuestros medios y alcance son bastante limitados, pero la realidad en la cual los discípulos enfrentaron la descomunal misión de evangelizar el mundo de entonces no era menos desafiante; tampoco lo era el momento en el cual San Francisco de Sales, nuestro patrono, inició su ministerio como obispo de la Ginebra del siglo XVII, sin embargo, a la vista están los frutos. Por eso quiero animarlos a continuar evangelizando y a aprovechar las oportunidades que sean válidas para dar testimonio de Jesucristo y llevar esperanza y fe a nuestro pueblo cubano y aún más allá, según las posibilidades novedosas que nos abren las redes sociales y otros medios. “¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación…!”

Que el Espíritu Santo los continúe fortaleciendo y guiando en su labor de difundir el Evangelio.