Por: Merlis Pereira

En la mañana del sábado 3 de agosto, cada centro catequético de Camagüey se llenó con la alegría de los jóvenes. Después de la oración de la mañana se ha revivido la experiencia de la misión del día de ayer. Los jóvenes han puesto en común sus vivencias y luego se ha tenido un espacio para soñar; soñar con ojo de cristal, como dice Francisco.

Todos aportaron ideas para un mundo mejor, erradicando las problemáticas sociales con las que tuvieron contacto en la misión. Además, se aterrizó ese sueño en acciones concretas que podemos llevar a cabo como Iglesia en salida que nos pide Francisco que seamos.

Esta noche los peregrinos acompañan a Jesús Sacramentado en la Vigilia de oración. Así ponemos en las manos de Dios nuestras familias, nuestra Patria, nuestras vidas.
 A María también nos encomendamos en esta noche de encuentro con su Hijo. Al rezar el Rosario, a Ella le presentamos todo lo que somos como Iglesia Joven.