Carta de agradecimiento a las Comunidades Cristianas por sus oraciones para el feliz desarrollo de la visita Ad limina
Foto: L’Osservatore Romano
Queridos hermanos y hermanas:
Los obispos cubanos, al finalizar la visita Ad limina, ya de regreso en la Patria, queremos expresarles nuestro agradecimiento a cada uno de ustedes y a cada comunidad por las oraciones que elevaron al Señor en favor del buen desarrollo de la visita. Verdaderamente sentíamos sus oraciones y su presencia nos acompañó siempre.
Fueron días de oración comunitaria, de peregrinación a las cuatro basílicas romanas (San Pedro, San Pablo, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor), de trabajo intenso, de compartir fraterno entre nosotros, de encuentros con el Papa Francisco y sus más cercanos colaboradores responsables de las diferentes instancias pastorales, que ayudan al Santo Padre a cumplir su misión de Pastor de la Iglesia Universal.
La visita se inició con un día de retiro, oración y silencio en el Colegio Español de Roma donde nos hospedamos. La reflexión y la oración imprimieron un entusiasmo particular a nuestra vocación episcopal de pastores, profetas y guías espirituales de la Iglesia Católica que peregrina en Cuba. El espíritu de oración continuó con las Eucaristías diarias.
En los días siguientes, al encontrarnos con los responsables de las distintas áreas pastorales, Ustedes estuvieron más presentes aún, pues a nuestra memoria acudían los rostros de los que llevan el peso de la obra evangelizadora. Le dimos a conocer a nuestros interlocutores el ardor y la entrega de nuestros sacerdotes y misioneros, la abnegada dedicación de la vida religiosa, la perseverancia y creatividad de los catequistas y educadores católicos, la caridad de los visitadores de enfermos, la paciencia de la pastoral carcelaria, nuestra preocupación por los emigrantes, la fidelidad y disposición de los laicos, del deseo de salvar el matrimonio natural, fiel y fecundo, entre otras muchas acciones pastorales.
Compartimos sobre la vida de la Iglesia en Cuba, sobre las relaciones de la Iglesia con el Estado y con los diferentes sectores que componen nuestra sociedad. Hablamos del deseo de Dios que tienen los cubanos, de las diversas manifestaciones religiosas con las que expresamos la fe, de la necesidad de nuevos templos, de las casas de oración en los campos y barrios, de la manera en que tratamos de presentar a Cristo a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que le conozcan y sigan.
En la Congregación para la Causa de los Santos tratamos sobre los Siervos de Dios, los Venerables y Beatos que nos han precedido, que nos dieron ejemplo de fe y que deseamos sean canonizados para que iluminen el camino hacia la santidad en esta vida y después todos juntos en la casa de Nuestro Padre del cielo. Allí pidieron que rezáramos para que Dios bendijera a nuestro pueblo con los milagros necesarios e imprescindibles para su beatificación o la canonización.
Una mañana maravillosa fue la celebración de la Misa presidida por el Papa Francisco y el encuentro con él, con quien después conversamos largo rato sobre temas expuestos, sus visitas a Cuba que él recuerda con agrado y que han dejado valiosas semillas en una Iglesia servidora. Hablamos de la conversión pastoral, del testimonio, del anuncio del Evangelio, de la iniciación cristiana, de la familia y de las comunidades y casas misión. Nos animó a continuar nuestra misión a pesar de las dificultades y tropiezos en el establecimiento del Reino.
En la tarde del último día tuvimos el regalo de poder encontrarnos con el Papa Emérito Benedicto XVI, cuya persona transpira alegría, serenidad y bondad contagiosa. No se olvida de su visita a Cuba y en particular a El Cobre.
Antes de este encuentro rezamos el Rosario por nuestra Patria e Iglesia ante la imagen de la Virgen de la Caridad donada por los católicos cubanos en representación de nuestro pueblo y que está expuesta a la veneración de los fieles en los jardines vaticanos.
El Papa y sus ayudantes conocen nuestra Iglesia, rezan por ella y nos acompañan en nuestro camino de Emaús.
¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!
¡Ánimo, hermanos y hermanas! ¡Nos lo dice Jesús: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos”!
Los Obispos Católicos de Cuba
La Habana, 25 de mayo de 2017