El Opus Dei en la parroquia San José Obrero 1

El Opus Dei en la parroquia San José Obrero 1

Por: Lilianna Vicario Torres 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 23 de marzo de 2016 / San Josemaría Escrivá fundó el Opus Dei en 1928. “Se abría así en la Iglesia un nuevo camino, dirigido a promover, entre personas de todas las clases sociales, la búsqueda de la santidad y el ejercicio del apostolado, mediante la santificación del trabajo ordinario, en medio del mundo y sin cambiar el estado”(1). Él decía que: “la vida cristiana se reduce a seguir a Cristo: este es el secreto. Y añadía: acompañarle tan de cerca que con Él nos identifiquemos” (2). De igual modo siguiendo a Cristo, miembros del apostolado del Opus Dei en Estados Unidos quisieron acompañarnos esta Cuaresma a caminar junto a Jesús.

La intensa jornada iniciaba el viernes 17 de marzo, minutos antes de las siete de la mañana, cuando el grupo integrado por jóvenes universitarios, dos consagrados y un sacerdote del Opus Dei, fueron presentados en la comunidad de San Pedro y San Pablo en El Brujo 1. Allí sirvieron la mesa para el desayuno de veinte comensales, o sea, los niños beneficiados por el proyecto de “Desayuno Escolar”. Sentados ya los niños a la mesa  con el chocolate y el pan servidos, rezaban espontáneamente los salmos, una manera muy agradable de agradecer a Dios por el nuevo día y el alimento necesario.

Concluido el desayuno, se agruparon en dos equipos para visitar las comunidades de San Rafael y La Esperanza. Conocieron un poco de la realidad de las comunidades en el campo y su accionar misionero. Visitaron enfermos en ambas comunidades y rezaron junto a ellos.

Muy cerca de esas comunidades se encuentra enclavado el museo de la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana y hasta allí llegaron para constatar la labor de la parroquia ante las necesidades de la sociedad y su contribución al desarrollo cultural en la localidad, además de ratificar más aún el histórico lazo entre ambas naciones. Valoraron positivamente la labor de la iglesia en el rescate del patrimonio cultural de la nación.

Con la alegría que caracteriza a cualquier joven corriente arribaron ambos grupos a las comunidades de Micro 3 y El Salaito, para contagiar su alegría, brindar esperanza y compartir el dolor de los favorecidos por Cáritas en los comedores de almuerzo en las dos comunidades. Otra vez los visitantes se convirtieron en buenos anfitriones. Alegres las cantinas corrían de una a otra mano en la cocina. Unos servían el arroz, otros ponían la vianda, otro la carne y alguien que preguntaba cuántas ruedas de tomate colocar. Bajo el sol sofocante repartieron el almuerzo en las casas, que en todos los casos agradecieron el detalle. En alguna u otra ocasión los ancianos se convirtieron en magistrales profesores de la vida para los que pudimos escucharlos contar sus vivencias, experiencias y dar ánimo de continuar con este tipo de iniciativas.

Alrededor de la media tarde regresaron a las comunidades, pero esta vez fue a El Palenque y El Brujo 2, continuaban en equipos, uno con el padre Oscar del Opus Dei y el otro por el párroco Yosbel, para celebrar la Santa Misa en ambas comunidades respectivamente. A petición de algunos presentes en la misa en El Palenque, el padre Oscar bendijo las viviendas a aquellos que recientemente las recibieron y ocuparon. De igual modo el padre Yosbel demostró su don para animar la comunidad, miembros de El Brujo 2 compartieron sus vivencias, experiencias y algún que otro chiste pronunciado por una abuela; asimismo cada integrante de su equipo compartió su experiencia en la diócesis y expresaron su emoción por nuestra manera fervorosa de vivir la fe en Cristo.

De regreso a la casa parroquial, coincidían con el acostumbrado encuentro de los adolescentes al finalizar la tarde de los viernes. Adolescentes y jóvenes jugaron unidos, hubo quienes cantaron y bailaron. Sin dudas lo más bonito fue el diálogo entre ambos grupos, donde el padre Oscar actuó como moderador y con toda intención provocó que conocieran gustos y preferencias por temas variados como el deporte, actividades en el tiempo libre, la escuela y los estudios y sobre la vida cristiana. El encuentro concluyó con temas musicales interpretados por los visitantes, cabe señalar que uno fue en ruso y el último fue un coro dedicado a la Virgen y que por costumbre cantan después de jugar un partido en la universidad, sin importar quién gana o quién pierde.

A los que pudimos compartir un ratico de las más de doce horas que nos acompañó este grupo de hermanos, nos queda en el corazón que “Dios te quiere contento y que si tú pones de tu parte lo que puedes serás feliz, muy feliz, felicísimo, aunque en ningún momento te falte la cruz.”(3) como expresara el fundador.

  1. “Via Crucis. Josemaría Escrivá de Balaguer”, p 6 y7
  2. Ibid, p 15 y 16
  3. Ibid, p 18 y19

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