Palabras de bienvenida dirigidas al Papa Francisco por S.E. Mons. Dionisio García Ibáñez

Palabras de bienvenida dirigidas al Papa Francisco por S.E. Mons. Dionisio García Ibáñez

Palabras de bienvenida dirigidas al Papa Francisco por S.E. Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, en la Santa Basílica Metropolitana Catedral de Santiago de Cuba, el 22 de septiembre de 2015

Querido Santo Padre:

Con mucho afecto le recibimos en esta Santa Basílica Metropolitana Catedral de Santiago de Cuba. En el año 2017, esta Diócesis Primada cumplirá los 500 años de ser erigida. Ya en 1522 se comenzó a levantar la primera catedral de Cuba en este mismo lugar donde hoy le acogemos. San Antonio María Claret, ejemplo de misionero y pastor, fue uno de mis antecesores en esta sede, esto nos enorgullece pero sobre todo nos compromete. Son 500 años de presencia permanente del evangelio en estas tierras.

Esta es una representación de las familias cubanas. La familia cubana es alegre, es luchadora; la familia cubana quiere permanecer unida, la familia cubana es la que ha transmitido la fe a los hijos, a los nietos. La familia cristiana cubana muchas veces ha sido la referencia del evangelio, de la iglesia allí en cada pueblecito, en cada ciudad, en cada parroquia. 

Es bien conocida la importancia que tiene la familia en su magisterio como Pastor de la Iglesia universal. Este es el encuentro de las familias cubanas con su Pastor. Están presentes familias de todas las provincias del país y de fuera de la Patria.

La familia es la institución más valorada por los cubanos y, precisamente por eso, es la que más preocupa debido a tantos factores que atentan contra su unidad, su bienestar, su significado y el sentido del matrimonio en la sociedad actual. Las familias jóvenes desean tener hijos pero muchas veces este proyecto se vive como un problema, pues hay una significativa emigración principalmente de jóvenes, separación por motivos laborales, dificultades económicas, escasez de viviendas; el resultado es una fuerte caída de la natalidad y de la estabilidad familiar. Desde hace varios años, tenemos una tasa de crecimiento poblacional negativa. Nuestro país envejece comprometiendo así su futuro y, en este aspecto, no se vislumbran soluciones que enfoquen en su totalidad este apremiante desafío. Nuestras familias quieren ser fortalecidas con su mensaje de ánimo y esperanza.

La ciudad de Santiago de Cuba está de fiesta por su presencia y porque estamos celebrando los 500 años de su fundación. Ya sea por su original diversidad cultural y amalgama racial, por nuestra peculiar manera de ser, por nuestra música, Santiago de Cuba tiene una identidad propia que se distingue por su amor a la Virgen, su acendrada cubanía, su hospitalidad y alegría.

Le pedimos que ore por nuestra ciudad y la bendiga.

Bienvenido, Santo Padre, a nuestra Catedral y a nuestra ciudad. 

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